En los últimos años, los defensores de la inmigración han lanzado dos mitos populares. Uno es que la gente no se presenta a sus audiencias de expulsión, comúnmente conocidas como audiencias de deportación. Y el segundo es que, como la gente no se presenta, los individuos que esperan su audiencia deben ser detenidos hasta la fecha de su audiencia. Ya comenté en un post anterior que los tiempos de espera están aumentando exponencialmente, por lo que detener a estas personas podría significar que pasen más de un año en confinamiento.
Un estudio reciente publicado por el Consejo Americano de Inmigración recopiló datos del gobierno federal sobre los casos de expulsión pendientes. Los investigadores encontraron que entre los años 2008 y 2018, el 83% de los extranjeros en proceso de expulsión se presentaron a sus audiencias. Si la persona estaba representada por un abogado, esa cifra se elevaba al 96%. También es notable que, dependiendo del año, entre el 15% y el 20% de las personas que no se presentaron a su audiencia tuvieron éxito en la reapertura de sus casos. Esto puede atribuirse a una serie de razones, pero un individuo debe tener una razón muy fuerte para que el tribunal anule una orden emitida en ausencia.
Otros datos del estudio revelan que factores como la distancia al tribunal de inmigración desempeñan un papel importante en la tasa de comparecencia. Toda esta investigación demuestra que es falsa la creencia de que la razón por la que el sistema de inmigración está roto es porque los extranjeros no se presentan a sus audiencias después de ser liberados. Por el contrario, demuestra que la gente hace un esfuerzo decidido por asistir a su audiencia en un intento de cumplir con la ley.
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